¿Quién está detrás de Liebscher & Bracht?

Se trata de Roland Liebscher-Bracht y el Dr. medicina Petra Bracht. Juntos, tras más de 30 años de investigación, han descubierto que la mayor parte del dolor es causado por una tensión excesiva en los músculos y la fascia. En este caso, el dolor advierte de los daños que pueden resultar de estas tensiones incorrectas.

Esto ha dado como resultado una visión completamente nueva de los orígenes y la eliminación de la mayoría de los dolores, lo que puede permitir que incluso los pacientes con dolor que no han sido tratados vivan una vida libre de síntomas. Si se elimina la causa de la tensión incorrecta, el dolor suele desaparecer.

¿Cómo surge el dolor según Liebscher y Bracht?

El sistema de movimiento de nuestro cuerpo nos brinda naturalmente la oportunidad de utilizar el 100 por ciento de los ángulos de nuestras articulaciones. Sin embargo, la mayoría de las personas sólo utilizan alrededor del 10 por ciento en su vida diaria. Esto se debe principalmente al hecho de que los entornos de vida y de trabajo modernos se caracterizan en gran medida por actividades rutinarias sedentarias o unilateralmente estresantes.

Estos patrones de movimiento minimalistas y recurrentes se manifiestan en nuestro cerebro: los programas cerebrales almacenan las secuencias de movimiento más utilizadas y, al controlar los músculos, garantizan que se puedan implementar de forma rápida y precisa en la vida cotidiana. Aquí también se especifican las tensiones de los músculos para poder realizar los patrones de movimiento.

Una persona sana tiene 656 músculos cubiertos por fascia, los componentes de tejido blando del tejido conectivo. Cada vez que se estira o flexiona una articulación, partes de los músculos y la fascia circundante se contraen (agonista), mientras que otras ceden y se estiran (antagonista). Pero si sólo utilizamos alrededor del 10 por ciento del rango de movimiento de nuestro cuerpo, nuestros músculos y fascias ya no se estiran en toda su extensión y se vuelven cada vez más rígidos con el tiempo. En sentido figurado, se "oxidan".

Por ejemplo, al sentarse, los músculos y la fascia de la parte delantera del cuerpo no se estiran porque las piernas están dobladas. Si adoptamos esta posición con mucha frecuencia, estos músculos y fascias se irán adaptando paulatinamente a la postura si no se estiran con regularidad. Se vuelven cada vez más inflexibles y, cuando nos levantamos después de estar sentados, ya no pueden soportar el estiramiento necesario en la medida necesaria.

Liebscher & Bracht habla de un "acortamiento" de los músculos y la fascia. En este ejemplo, el acortamiento musculofascial en la zona anterior del cuerpo crea la correspondiente fuerza de tracción hacia adelante, ya que no se pueden realizar los estiramientos necesarios. Para poder mantenerse erguido, el cuerpo intenta compensar la fuerza de tracción hacia adelante a través de los músculos y la fascia de la zona de la espalda: se genera una contratensión que va más allá del nivel normal. Ahora se produce una fuerza de tracción tanto en la parte delantera como en la parte posterior del cuerpo debido a la excesiva tensión músculo-fascial, que presiona las superficies articulares y los cuerpos vertebrales con tanta fuerza que se desgastan los cartílagos, los discos intervertebrales y los huesos.

Hay receptores en todos los tejidos del cuerpo que miden las tensiones de tracción y compresión, así como la velocidad, y los transmiten al cerebro. Si el cerebro utiliza esta información para calcular el desgaste de las articulaciones o de la columna vertebral que es mayor que la capacidad de reparación del cuerpo, el cerebro activa el dolor en el área correspondiente del cuerpo para evitar el movimiento dañino. Esto hace que la persona afectada sea consciente de la inminente osteoartritis o daño discal: el dolor le alerta, por así decirlo. Por eso, Liebscher & Bracht denominan a este dolor “dolor de alarma”. Así, nuestro cuerpo nos avisa de que no sigamos como hasta ahora para frenar el desgaste de la estructura. El hallazgo más importante: el dolor suele existir independientemente del daño y, por lo tanto, puede "detenerse" a pesar del daño.

La mayoría de los dolores a menudo pueden eliminarse rápidamente

Más del 90 por ciento de los dolores más comunes son los llamados dolores de alarma y pueden tratarse. Desde nuestro punto de vista, este dolor cumple una tarea útil e importante en nuestro cuerpo: nos dice que lo estamos dañando. El dolor es, por tanto, una advertencia concebida como disuasivo. Suelen actuar como alarma preventiva para evitar daños o desgaste.

La terapia del dolor de Liebscher & Bracht es un método novedoso e independiente para tratar el dolor. Además de la osteopresión (una técnica de terapia manual), contiene ejercicios de estiramiento especialmente desarrollados (los llamados estiramientos de cuello de botella), para que los pacientes puedan permanecer permanentemente sin dolor. Porque sólo aquellos que conocen bien las conexiones del cuerpo pueden eliminar permanentemente la causa del dolor de forma natural, sin medicación ni cirugía.

“La terapia según Liebscher & Bracht es un método de tratamiento alternativo que no forma parte del catálogo de servicios del seguro médico legal. La eficacia de la terapia aún no ha sido suficientemente demostrada científicamente en la medicina convencional. Las declaraciones sobre la eficacia terapéutica de la terapia se basan en experiencias previas en el uso de la terapia. La información sobre la terapia no reemplaza en ningún caso el consejo personal, el examen o el diagnóstico de un médico autorizado. Dado que cada persona es diferente y en medicina no se puede garantizar el éxito de una terapia, los pacientes reciben información completa antes del inicio del tratamiento. La presión arterial explica por parte del médico tratante la terapia, los posibles riesgos y contraindicaciones, así como los costes, no existiendo ninguna garantía de éxito ni promesa de curación asociada a esto. Si el contenido de esta página de inicio da la impresión errónea de que el éxito está garantizado, le advertimos expresamente que no es así.

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